¿Qué legislación aplicar?
Un segundo problema que plantea Internet es qué ley debe aplicarse
o qué tribunal debe juzgar los delitos informáticos. Casi todos los países
juzgan actualmente los delitos cometidos en su país o que perjudican a sus
ciudadanos. Por ejemplo, en España, la ley castiga delitos cometidos en otros
países cuando ocurren en materia de terrorismo, genocidio, falsificación de
moneda, entre otros, pero no cuando se refiere a la mayoría de los delitos,
como los de derecho de autor, injurias, etcétera. Por lo tanto, si en una
página web que reside en un servidor finlandés, se insulta a un gobernante, o a
unos empresarios españoles, o bien se reproduce un reciente best-seller de un
escritor español, dichos delitos no pueden perseguirse en España, porque los
usuarios de Internet pueden acceder electrónicamente a Finlandia. Tales
situaciones obligarán a los estados a modificar sus legislaciones y a
establecer tratados internacionales, como los de extradición, que posibiliten
juzgar a los autores de los delitos cometidos en cualquier parte del mundo, en
el país donde resida el ofendido.
Amenazas a la privacidad
Este es uno de los temas más conocidos en materia de ética
aplicada a las nuevas tecnologías de la información. En este milenio, la
intimidad de las personas estará en peligro por causa del aumento de las
técnicas de búsqueda en la red (minería de datos) o en bases de datos, esto va
mucho más allá de las tradicionales búsquedas de información. La Microsoft fue
acusada, entre otras cosas, de incorporar en sus programas mecanismos que
posibiliten a la empresa espiar a los usuarios que utilizan los softwares de
esta empresa.
Propiedad de los programas informáticos
Los programas informáticos suponen un enfoque nuevo para entender
la propiedad intelectual, porque el objeto a proteger por vía legal, el
software, posee una naturaleza distinta a la existente. Las leyes antipiratería
defienden los derechos de los productores de software o de los que poseen
autorización para vender licencias de uso de dichos programas. El problema
ético consiste no sólo en buscar una nueva forma de justificar el derecho a una
nueva forma de propiedad, sino en analizar, además, si las leyes de propiedad
intelectual son justas o si deben crearse nuevas formas de entender dichas
leyes en beneficio de la comunidad mundial de usuarios.3
Decisiones tomadas por computadoras
Desde hace algunos años, los sistemas de información no sólo toman
decisiones sino que las ejecutan; en algunos casos, se ha demostrado su
capacidad para tomar mejores decisiones que los humanos. El problema que se
plantea es la obligatoriedad de hacer siempre caso a las máquinas. También
puede plantearse de otra manera: si los sistemas expertos son tan completos,
¿es moral no hacer caso a las máquinas? Cuando se entrega la responsabilidad de
las decisiones riesgosas a sistemas digitales, se presenta un nuevo tema moral:
¿cómo enfrentar situaciones en las que tomar una decisión equivocada causa
graves consecuencias, donde nadie tiene responsabilidad y, por tanto, no se
sufre castigo o sanción alguna?
Realidad virtual e inteligencia artificial
La problemática de la realidad virtual (RV) no hace principalmente
referencia a si ella representa bien o no la realidad. Se refiere
fundamentalmente al peligro de que en una posible representación de la RV, se
realice una selección de ciertos valores o intereses a expensas de otros. Por
su parte, la inteligencia artificial supone también unos planteamientos que
tienen, en principio, consecuencias para la concepción ética del ser humano.4
Violación del respeto interpersonal
El anonimato que provee Internet introduce problemas que podrían
calificarse de "incendiarios", al permitir enviar contenidos
emocionales, que, a veces, pueden tornarse agresivos y amenazantes. La empresa
América On Line (AOL) ha incluido en su contrato de servicio una cláusula donde
los usuarios acuerdan evitar actividades que puedan causar situaciones
desagradables a otras personas. Todavía hay otros servidores que van más allá
de estas restricciones y obligan a los nuevos miembros a aceptar una censura
ejercida por el servidor. Otros establecen distintas formas de vigilancia
contra la pornografía infantil, por ejemplo. En general, existe la preocupación
de que el ciberespacio introduce una nueva era de peligro al respeto de las libertades
civiles y a los derechos humanos.5
Comunidades virtuales y ciberaislamiento
El éxito de Internet y el increíble crecimiento del correo
electrónico, ha aumentado la preocupación acerca del potencial de las nuevas
tecnologías de información y comunicación para debilitar las relaciones
humanas. Se teme que la red social del futuro podría ser un vasto océano
compuesto de individuos aislados, que, a modo de abejas humanas, interactúen
con datos más que con personas. Es imprescindible lograr que la "comunidad
virtual" esté al servicio de las verdaderas comunidades humanas, y no que
las sustituyan.6.
Ciberalfabetización
Existe un gran problema con cómo ayudar a los usuarios a
discriminar entre las fuentes de información y con cómo evaluarlas para
determinar si son verdaderas y reales. Algunos tienen un gran temor de que se
esté creando un mundo donde la capacidad de discernimiento moral e intelectual
se vea aplastada por un mar de información; por ello, es necesario ayudar a las
personas a navegar exitosamente en este mar virtual. Las aguas no exploradas
del web deben conocerse. No basta la sola preocupación por los partidarios de
la pornografía infantil, el racismo, el terrorismo y las sectas satánicas. Las
habilidades para orientarse satisfactoriamente en la red ayudarán también a las
personas a descubrir, usar y evaluar las fuentes de información que posibiliten
su desarrollo, tanto profesional como humano.7
Se concluye que los ejemplos expuestos evidencian la incapacidad y
la obsolescencia de los viejos patrones morales, éticos y jurídicos frente a
las nuevas realidades tecnológicas. La ética en las nuevas tecnologías de la
información no representa algo meramente teórico, sino sobre todo una tarea
práctica que debe asumir cada individuo, las instituciones y la sociedad en
general. Se precisa un nuevo enfoque, nuevos paradigmas mentales, pero sobre
todo voluntad política; esta no es más que un esfuerzo mancomunado que
involucre a todos los factores sociales: desde el ciudadano hasta los
gobiernos, que incluya el sector empresarial privado, las ONG y las
instituciones sociales y religiosas de todo tipo, con el objetivo de construir
consensos y elaborar criterios comunes que permitan enfrentar
satisfactoriamente tan traumática y amenazadora realidad.
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